TEXTO :: IÑAKI MIGUEL CAMIO :: DV_8.4.16
Sueños de txotxongilos
La muestra de marionetas de Corrado Masacci podrá disfrutarse hasta fin de mes
El autor es de la localidad italiana de Rábena, donde los títeres tienen una importancia notable
SAN SEBASTIÁN. La casa de cultura de Loiola utiliza en la actualidad diferentes espacios para llevar a cabo exposiciones siguiendo su línea divulgativa. Lo es el escaparate de la antigua droguería Lekuona, donde actualmente se encuentra expuesta la segunda entrega del grupo de teatro loiolatarra Talía; el hall del centro cultural, donde se encuentra la exposición ‘Acantilados de Ulia. Un espacio natural protegido’, de Marko Sierra. Y como exposición estrella del mes, la sala de exposiciones del centro cultural alberga la exposición ‘Sueño de txotxongilos’ de Corrado Masacci, que estará expuesta hasta finales de mes.
Sueño de Txotxongilos es la semilla de lo que será su próxima exposición. Esta abre con tres crucetas con sus hilos colgando suspendidas en la pared, y da idea de la complejidad del mundo de las marionetas desde el punto de vista técnico. A continuación se abre la exposición, que contiene trece obras amparadas en una temática surrealista y fantástica, donde hay personajes basados mayormente en la mitología. Es el caso de Ícaro, hijo del arquitecto Dédalo, constructo del laberinto de Creta; el dios Eolo, que tiene la peculiaridad de ser su propio abuelo y de tener tres padres y tres madres en la mitología griega. También se encuentra Tempus Fugit, que hace referencia explícita al veloz transcurso del tiempo, y que el autor representa a través un niño con alas con un reloj de pared, que contiene un gran reloj sobre su cuerpo. No menos curioso es el Homenaje Magritte, pintor surrealista belga, conocido por sus ingeniosas y provocativas imágenes.
Desde el punto de vista de Jon Urbieta, director del centro, «además de lo onírico, hay un estilo un tanto grotesco... hay un matiz de extraño, surrealista, gracioso, ridículo... hay de todo; y al público se le hace muy atractivo. La fascinación del monstruo, del diferente, del raro; de ese pájaro con cara de mujer y pechos», en referencia a Alkonost, proveniente de la mitología rusa. «Todo ello bajo una iluminación y música precisa, puede crear una atmósfera onírica, fantástica», concluye.
La exposición está enfocada para adultos. Como comenta el propio Masacci, «cuando diseño una marioneta tengo que saber a quién va dirigida, qué es lo que quiero contar por medio de estos objetos. Esta exposición abarca lo fantástico y grotesco y no está pensada para niños. Las marionetas es un terreno de nadie. Cuando un niño ve algo tan real moviéndose puede descolocarle, y no me gusta», confiesa el autor.
No siempre ocurre así. Por las exposiciones de Masacci pasan un promedio de 150 niños a diario. Él hace una labor muy didáctica y recreativa: les hace una visita guiada, les enseña, les aporta, realiza un pequeño espectáculo. «Me gusta ver la respuesta de los más jóvenes, verles disfrutar. Es lo que me ha permitido seguir tantísimos años en las exposiciones. Es una cercanía que no se daba en los espectáculos al uso».
Corrado Masacci es nacido en Rábena, Italia, ciudad conocida por sus mosaicos bizantinos, y ubicada en una zona donde las marionetas y los títeres tienen una relevancia notable. «Va con la cultura de mi zona. De niño veía a los abuelos de mis amigos actuar y todo eso me marcó. Soy amigo de los titiriteros de mi ciudad» comenta. Estuvo estudiando percusión y manipulación de las marionetas en India a finales de los 70. Por circunstancias de la vida, aterrizó en el País Vasco a principios de los años ochenta. Tuvo que decidirse entre ser músico o marionetista, y le pudo lo segundo. Tiene estudios artísticos, lo cual le ha abierto puertas en el mundo de las marionetas. Su conocimiento del arte es una total fuente de inspiración. En sus marionetas se refleja el arte absorbido por Masacci a lo largo de su vida: El Bosco, Picasso, Goya, Da Vinci o incluso Bacon. «Mi estancia durante cuatro años en la India fue un aporte fundamental», relata. Vivió en Bilbao durante 14 años hasta que decidió afincarse en Ondarroa, donde reside desde entonces. Ha trabajado en colegios de Bilbao, ha impartido cursos en la universidad, y ha expuesto en el País Vasco y alrededores. Su primera gran exposición fue en el Festival Internacional de Marionetas de Bilbao en 1990.
EL DATO :: 13 son las marionetas de Corrado Masacci expuestas en la casa de cultura de Loiola
SAN SEBASTIÁN. La casa de cultura de Loiola utiliza en la actualidad diferentes espacios para llevar a cabo exposiciones siguiendo su línea divulgativa. Lo es el escaparate de la antigua droguería Lekuona, donde actualmente se encuentra expuesta la segunda entrega del grupo de teatro loiolatarra Talía; el hall del centro cultural, donde se encuentra la exposición ‘Acantilados de Ulia. Un espacio natural protegido’, de Marko Sierra. Y como exposición estrella del mes, la sala de exposiciones del centro cultural alberga la exposición ‘Sueño de txotxongilos’ de Corrado Masacci, que estará expuesta hasta finales de mes.
Sueño de Txotxongilos es la semilla de lo que será su próxima exposición. Esta abre con tres crucetas con sus hilos colgando suspendidas en la pared, y da idea de la complejidad del mundo de las marionetas desde el punto de vista técnico. A continuación se abre la exposición, que contiene trece obras amparadas en una temática surrealista y fantástica, donde hay personajes basados mayormente en la mitología. Es el caso de Ícaro, hijo del arquitecto Dédalo, constructo del laberinto de Creta; el dios Eolo, que tiene la peculiaridad de ser su propio abuelo y de tener tres padres y tres madres en la mitología griega. También se encuentra Tempus Fugit, que hace referencia explícita al veloz transcurso del tiempo, y que el autor representa a través un niño con alas con un reloj de pared, que contiene un gran reloj sobre su cuerpo. No menos curioso es el Homenaje Magritte, pintor surrealista belga, conocido por sus ingeniosas y provocativas imágenes.
Desde el punto de vista de Jon Urbieta, director del centro, «además de lo onírico, hay un estilo un tanto grotesco... hay un matiz de extraño, surrealista, gracioso, ridículo... hay de todo; y al público se le hace muy atractivo. La fascinación del monstruo, del diferente, del raro; de ese pájaro con cara de mujer y pechos», en referencia a Alkonost, proveniente de la mitología rusa. «Todo ello bajo una iluminación y música precisa, puede crear una atmósfera onírica, fantástica», concluye.
La exposición está enfocada para adultos. Como comenta el propio Masacci, «cuando diseño una marioneta tengo que saber a quién va dirigida, qué es lo que quiero contar por medio de estos objetos. Esta exposición abarca lo fantástico y grotesco y no está pensada para niños. Las marionetas es un terreno de nadie. Cuando un niño ve algo tan real moviéndose puede descolocarle, y no me gusta», confiesa el autor.
No siempre ocurre así. Por las exposiciones de Masacci pasan un promedio de 150 niños a diario. Él hace una labor muy didáctica y recreativa: les hace una visita guiada, les enseña, les aporta, realiza un pequeño espectáculo. «Me gusta ver la respuesta de los más jóvenes, verles disfrutar. Es lo que me ha permitido seguir tantísimos años en las exposiciones. Es una cercanía que no se daba en los espectáculos al uso».
Corrado Masacci es nacido en Rábena, Italia, ciudad conocida por sus mosaicos bizantinos, y ubicada en una zona donde las marionetas y los títeres tienen una relevancia notable. «Va con la cultura de mi zona. De niño veía a los abuelos de mis amigos actuar y todo eso me marcó. Soy amigo de los titiriteros de mi ciudad» comenta. Estuvo estudiando percusión y manipulación de las marionetas en India a finales de los 70. Por circunstancias de la vida, aterrizó en el País Vasco a principios de los años ochenta. Tuvo que decidirse entre ser músico o marionetista, y le pudo lo segundo. Tiene estudios artísticos, lo cual le ha abierto puertas en el mundo de las marionetas. Su conocimiento del arte es una total fuente de inspiración. En sus marionetas se refleja el arte absorbido por Masacci a lo largo de su vida: El Bosco, Picasso, Goya, Da Vinci o incluso Bacon. «Mi estancia durante cuatro años en la India fue un aporte fundamental», relata. Vivió en Bilbao durante 14 años hasta que decidió afincarse en Ondarroa, donde reside desde entonces. Ha trabajado en colegios de Bilbao, ha impartido cursos en la universidad, y ha expuesto en el País Vasco y alrededores. Su primera gran exposición fue en el Festival Internacional de Marionetas de Bilbao en 1990.
EL DATO :: 13 son las marionetas de Corrado Masacci expuestas en la casa de cultura de Loiola